Descubre el paraíso de la eterna primavera: Tenerife

Por | 30 March, 2017 | 0 comentarios

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Ya es oficial, la primavera acaba de hacer su entrada en Tenerife (si es que algún día se fue) y lo ha hecho con El Teide nevado y, solo unos kilómetros más abajo, con un privilegiado clima de 21 grados, desde la piscina de Hotel Suite Villa María. Desde aquí puedes divisar en la distancia los 3718 metros del gran volcán, al alzar la mirada sobre el horizonte hacia las montañas. Toda una experiencia llena de emociones y contrastes, difíciles de superar.

Esta diversidad climática y paisajística, se explica por la gran variedad de microclimas existentes en la misma isla, que unido a su riqueza cultural, la convierten en un pequeño continente en miniatura. Cuando te mueves por la isla, puedes tener la sensación de que, en breves kilómetros, has cambiado de país, de continente incluso. La isla es un bello mosaico de increíbles paisajes. ¿Quieres recorrerla con nosotros? 😉 

Con esta ruta que te vamos a describir disfrutarás del contraste norte-sur, del predominio del verde en el Norte, más húmedo; y de los ocres en el Sur, más seco y soleado. Desde las cálidas playas del sur, hasta los acantilados de Isla Baja, verás como todo gira en torno al inmenso Parque Nacional de Las Cañadas de El Teide

Empezamos nuestro recorrido por el sur de la isla, concretamente en La Caleta, Costa Adeje, donde se encuentra ubicado nuestro Hotel Suite Villa María, en mitad del verde infinito del Club de Golf Costa Adeje y con unas vistas impresionantes sobre la bahía coronada en el horizonte por la silueta de La Gomera, a veces tan nítida que casi podemos ver sus pequeñas casitas blancas. Es sobre todo por el clima de esta zona de la isla por el que Tenerife se ha ganado el título del lugar de la eterna primavera, donde el sol está garantizado durante casi todo el año, convirtiéndose en el lugar favorito de los visitantes, perfecto para unas vacaciones de lujo. Disfrutar de playas de arena a veces dorada, a veces negra como las cenizas del volcán, y de su agradable temperatura, junto a la belleza de sus paisajes, hace que Tenerife Sur sea la joya de la corona de Tenerife para el turismo.  

 Y de disfrutar del clima envidiable y las mejores playas en el sur, puedes pasar a sorprenderte con la variedad tinerfeña dirigiéndote hacia el norte. La mejor idea es subir por Granadilla de Abona hasta el municipio de Vilaflor (el municipio más alto de España), donde no solo tendrás una vistas espectaculares de todo el sur de la isla o, si tienes la suerte de que esté nublado, del espectacular mar de nubes, un fenómeno único que no podrás olvidar jamás. 

Si sigues subiendo, pronto llegarás al Parque Nacional de Las Cañadas del Teide, que ahora mismo se encuentra completamente cubierto de nieve. Así, en poco menos de 40 minutos habrás pasado de los agradables 20-25 grados de la costa a encontrarte unos -5º centígrados. Pocos sitios del mundo ofrecen este contraste tan extremo y curioso. 

Dentro del Parque Nacional de las Cañadas del Teide podrás alucinar con su espectacular paisaje volcánico, casi lunar, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco. Subir hasta la cumbre del Teide, es una experiencia increíble, con la posibilidad de hacer parte del recorrido en el teleférico (si está en funcionamiento: en épocas de nevada como ésta, normalmente no se permite su uso). Acercarte al observatorio astronómico de Las Cañadas es también una visita imprescindible si eres amante de las estrellas. Si además tienes la suerte de visitar esta zona de noche (desde el hotel tenemos varias excursiones nocturnas que te sorprenderán), descubrirás por qué este paraje es uno de los centros internacionales más destacados en la observación del firmamento. 

El Teide

Y como El Teide corona Tenerife, desde él puedes seguir tu ruta en varias direcciones. Es, sin duda, el mismo corazón de la isla, con arterias que te llevarán a cualquier punto de la isla. Puedes bajar por la ruta de Santiago del Teide, por La Orotava, por Arico… Pero hoy vamos a recomendarte que lo hagas por Las Mercedes. Se trata de una de las rutas más espectaculares, ya que del paisaje árido y frío del volcán pasarás a encontrarte en mitad de un bosque que parece sacado de un cuento de hadas: el Monte de Las Mercedes. Sus altísimos y frondosos pinares, su neblina perpetua y el olor a bosque te hará creer que has viajado la zona norte de España o incluso de Inglaterra o Alemania. No en vano, este espacio ha sido el elegido para películas con toques de misterio, como la recomendable ‘Intacto’ de Fresnadillo. 

Desde este precioso paraje el camino lógico te llevará hasta otro lugar imprescindible de la isla: La Laguna. La visita a La Laguna es casi obligatoria. Esta ciudad histórica, declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con su catedral, el Palacio de la Nava, la Plaza de los Patos, La Concepción, sus preciosas calles peatonales por el centro histórico y su multitud de palacios y casas señoriales (en las cuales se inspiran nuestras villas de estilo Señorial, en Hotel Suite Villa María), te transportarán a principios del siglo XVI, con Tenerife recién conquistado por los españoles, cuando esta ciudad acogía a las mejores familias que llegaban a asentarse en la isla.

La LagunaDejando La Laguna puedes dirigirte hacia Bajamar para descubrir sus impresionantes acantilados sobre el mar y sus encantadoras ensenadas. La localidad cuenta con varias piscinas naturales sobre las rocas y con la playa de Bajamar o de San Juan.

Imprescindible es también disfrutar de las panorámicas más maravillosas del norte de la isla se disfrutan, desde los montes del Parque Rural de Anaga. No te pierdas la ruta de sus miradores y senderos de poesía.

A continuación podemos seguir nuestra ruta hacia el norte. Tacoronte, La Matanza, La Victoria o Los Realejos, son todos pequeños y variopintos pueblecitos que te sorprenderán sobre todo por su gastronomía. En esta zona se encuentran los mejores “guachiches”, un tipo de establecimiento típico de la isla que abren únicamente en época de vino (desde noviembre hasta abril aproximadamente). Se trata de pequeños negocios familiares dedicados a la venta del vino propio, en los que podrás degustar los platos canarios más tradicionales (Costillas con papas y maiz, conejo en salmorejo, bacalao encebollado, pulpo guisado, papas arrugadas con un sinfín de mojos…) a unos precios sin igual y bañados por los vinos más auténticos de la isla. 

Una vez pasados todos ellos, no puedes pasar sin visitar Puerto de la Cruz con su Lago Martiánez, diseñado por el famoso pintor y escultor lanzaroteño César Manrique, y sobre todo con su majestuosa arquitectura, plagada de casas señoriales y, sobre todo, coloniales (en las que se inspiran nuestras villas de estilo Colonial en el hotel), con sus variopintos colores y ese toque tan inglés de finales del siglo XVI. Aquí puedes descansar tomando el sol junto al océano y disfrutar de una de las vistas más maravillosas de El Teide. En esta época en la que está completamente nevado es un auténtico espectáculo para la vista. 

 A tan solo unos 10 o 15 minutos de El Puerto encontrarás la Villa de La Orotava y sus 15 grados de temperatura media. Te sorprenderá su maravilloso valle subtropical, rodeado de frondosa vegetación, manto de verdes plataneras y de monte, que mira a El Teide desde su falda. La Villa de la Orotava, está declarada como Conjunto Monumental y Artístico desde 1971, por tanto, es una visita obligada. 

En esta zona tienes también tres preciosas playas que puedes visitar: El Ancón, Los Patos, y la mejor de todas, El Bollullo. Son playas de arena negra y callaos a las que se accede bajando entre pequeños acantilados. Sus vistas son espectaculares y, aunque si no eres un experto nadador, es mejor no aventurarse en ellas a no ser que el mar esté en calma, ya que esta zona de la isla posee fuertes corrientes marinas; si eres un apasionado del surf, no podrás evitar disfrutar de su oleaje. 

Desde la Orotava, encontrarás también una carretera que conduce directamente hasta El Teide, atravesando su valle. 

Pero si decides seguir hacia el norte, otra visita obligada es Icod de Vinos, sobre todo para conocer el Drago milenario y el Jardín botánico. El famoso Drago Milenario es un árbol majestuoso que centra la admiración de propios y foráneos al calcularse que su edad podría ser de varios siglos o incluso un milenio. Si te apetece saber una curiosidad, no te pierdas el agujerito que se encuentra en el centro de su tronco y la pequeña “cueva” dentro del mismo, que verás al otro lado. Cuenta la leyenda que una princesa guanche (nombre por el que se conoce a los antiguos aborígenes canarios) logró escapar de la captura de los españoles escondiéndose en este hueco del árbol. Los soldados lanzaron una flecha contra él y al ver salir del mismo la savia de color rojo característica de este árbol, pensaron que habían matado a la princesa y se fueron, dejándola con vida. ¿A que es una bonita historia?

dragoSi continuamos la ruta norte, no podrás resistirte a hacer una parada en la curiosa villa de Garachico. Su acceso a través de una carretera de curvas infinitas puede que te asuste, sin embargo merecerá la pena cuando llegues al precioso caserío que conserva un Conjunto Histórico Artístico con valiosas muestras de la arquitectura canaria. Es una localidad formada por los colonizadores españoles en el siglo XVI. Pero en el siglo XVIII una erupción volcánica arrasó el pueblo y  este quedó sumergido bajo los materiales eruptivos del volcán, sobre los cuales fue reconstruído el actual pueblo. Cuenta con bonitas casas señoriales entre las que se encuentra la de los Condes de La Gomera, o los fabulosos monasterios de San Francisco y de Santo Domingo.

Pasado Garachico puedes emprender la ruta de regreso a Costa Adeje a través del recién inaugurado “anillo insular” que te conducirá directamente al municipio de Los Gigantes. Sin embargo, merece la pena perderte ligeramente en las curvas infinitas de Santiago del Teide para llegar hasta el más curioso de todos los pueblecitos de la isla: Masca. Este pequeño caserío ubicado al borde de un enorme barranco destaca por sus impresionantes vistas a La Gomera y, sobre todo, por lo curioso de su arquitectura. Nuestras villas de estilo rural en Hotel Suite Villa María están inspiradas en algunas de sus casitas. Un pequeño y retorcido sendero que solo puede recorrerse a pie, si te animas a seguirlo, te conducirá colina abajo por un paraje maravilloso plagado de plantas endémicas, grutas, barrancos y cascadas, hasta llegar a una de las playas más bonitas de toda la isla: la playa de Masca. Únicamente accesible a pie o en barco, esta pequeña cala de arena volcánica es una auténtica maravilla para relajarte alejado del mundanal ruido. Te parecerá que te encuentras en una isla desierta. 

MascaTambién puedes perderte por uno de los lugares más fotografiados de Tenerife después del volcán del Teide, el fascinante Acantilado de los Gigantes: un acantilado de paredes verticales que en algunas áreas llega a más de 600 metros de altura. O disfrutar de la Playa de La Arena, situada junto a los acantilados que dan nombre al municipio y que es probablemente la bahía con la arena más oscura, totalmente negra, de toda la isla. Una curiosidad que te llevarás sin duda en la retina. 

Y después de recorrer el norte, con sus exóticos paisajes y playas de arenas volcánicas, pasando del calor al frío y del tiempo seco al húmedo y nublado, llegarás de nuevo a nuestro precioso pueblecito de La Caleta con su buen tiempo, para seguir disfrutando de tu escapada de relax en Hotel Suite Villa María. ¿Te apuntas?

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